Previously on La Cruz de Coronado…  Gran Bretaña 1940. La fortuna del imperio pende de un delgado hilo. Rodeados, aislados, solos, se enfrentan a una mas que probable destrucción por parte de la fuerza militar mas poderosa del mundo en ese momento.  ¿Desaparecerán el fish & chips, los sombreros de Hongo y las alegres camareras de Sussex?   Keep Reading and find out.

Pues lo dicho amigos, como os iba contando (leer con voz de abuelo largando su historieta de la guerra de turno). Churchill había conseguido unificar a la nación bajo el estandarte de la resistencia a ultranza. La gente creía en la victoria, y pensaba que la merecía, pero, desafortunadamente, las creencias por si solas, no resultaron ser suficientes para detener a los bombarderos alemanes. La situación era crítica. Los aeródromos eran constantemente arrasados, los cazas destruidos, y en momentos críticos de la batalla, todos los escuadrones del mando de caza de la RAF estaban en el aire a la vez. Literalmente, todo hombre capaz de pilotar un avión, y todo avión lo suficientemente parcheado y remendado como para poder volar, luchó en el aire simultáneamente. La RAF se había quedado sin reservas para atender a cualquier otra potencial amenaza.

La tensión y el estrés comenzaron a hacer mella en los pilotos. Muchos volaban y combatían durante mas de la mitad del día, y existen historias de pilotos que derribados al despegar, saltaron en paracaídas, caminaron de vuelta al hangar mas cercano y tomaron otro avión para volver a despegar. La sensación de asfixia era total, y cuando Churchill descubrió que las palabras no iban a resultar suficientes, paso a los hechos.  Si no conseguían relajar la presión que los aeródromos y pilotos estaban sufriendo en ese momento (imaginaos, echar  14 horas en la oficina, findes incluidos pero además con el riesgo añadido de que entre un señor por la puerta y os pegue un tiro, ¿Cuánto tiempo lo aguantaríais?) El imperio británico iba a demoronarse. Solo había una forma de evitarlo.

Churchill decidió que los aviones alemanes tenían que arrasar las ciudades inglesas. Decidió que tenía que forzar a los alemanes a bombardear a su gente, motivada y dispuesta  a todo por la victoria, y así alejar a la Luftwaffe de la  fuerza aérea ya al límite. Seguramente esta fue una de las decisiones mas polémicas que Winston tomo en su vida, y una de las mas criticadas (junto con los bombardeos estratégicos masivos contra ciudades alemanas al final de la guerra). Para mucha gente este mero hecho le convirtió en un monstruo. ¿Qué opináis? ¿Cuánto estaríais dispuestos a sacrificar por salvar de la tiranía, de la opresión, de la tristeza, de la desesperanza, de la falta de fe en el futuro a vuestros familiares, a vuestros amigos, o a esa rubia  tonta que os alegra todas las mañanas con solo pensar en ella? ¿Qué precio hay que pagar?, ¿Qué hay que entregar a cambio de que la gente que queremos recobre el amor, la felicidad, la confianza? Por lo general, no voy a entrar a dar opiniones personales, (si queréis saber lo que es correcto, ético o adecuado en cada momento, ya sabéis, a leer http://conefedefilosofia.blogspot.com.es/) pero como yo no se que es lo correcto ni lo ético ni lo adecuado, y solo opino chorradas de vez en cuando (eh, ¿quién tiene mas culpa, el que escribe chorradas, o quien a sabiendas, las lee?), Supongo que diría que todo. Sacrificarlo todo. Aunque también creo que me jodería que esa decisión no la pudiese tomar yo, sino que la tomase otro por mí.

El caso, (que entre rubias y bombas me voy por los cerros de Warwickshire y acabo pensando en gatitos. Cuando os desconcentren, pensad en gatitos. Ayuda.) es que Churchill organiza unos pequeños comandos de bombardeo con los pocos aviones que le quedan disponibles, y ordena que se arrojen bombas sobre las ciudades alemanas. El efecto, como comprenderéis es ridículo, pero suficiente para enfadar a los nazis (que eran bastante picados y entraban al trapo con muchísima facilidad), y tras lanzar un par de bombas sobre Alemania, los alemanes reaccionan, dicen que pa chulos ellos, y en un giro sorprendente, dejan de atacar a los aeródromos británicos, y se centran en destruir las ciudades de Albion (albion= Inglaterra. Usadlo, caballo ganador en copas y convenciones sociales).

Comienza el Blitz. El bombardeo indiscriminado sobre los núcleos urbanos  británicos. En menos de un año, mas de 40.000 personas mueren a causa de las bombas. En sus casas, en estaciones de metro londinenses abarrotadas de refugiados, en las fabricas, en los muelles… los niños son evacuados de las ciudades y enviados lejos de sus familias, al campo, donde están mas seguros. La población civil sufre escasez y racionamiento. Se pierden todas las comodidades. La guerra golpea con toda su crudeza.  Pero los aeródromos se salvan. Los pilotos descansan, la RAF se recompone, y el gobierno del Reino Unido consigue evitar la temida invasión alemana, y en resumen, salvar a su país, y posiblemente, al mundo, de una época oscura y temible de dominación Nazi.  En una ocasión, le preguntaron a Churchill como había conseguido inspirar a la gente en una situación tan difícil, Como consiguió que una nación hundida, sin esperanzas, con los brazos bajados y abandonada al victimismo y a la desolación lograse creer que merecía ser salvada, lograse creer que merecía seguir adelante y vivir, y ser feliz, y luchar con rabia. Su respuesta fue sorprendentemente Clara: “»Before you can inspire with emotion, you must be swamped with it yourself. Before you can move their tears, your own must flow. To convince them, you must yourself believe.”*

Así que recordad, amiguitos. En ocasiones, tenemos nuestra vida organizada, somos felices, vivimos como queremos hacerlo, y de golpe, todo se viene abajo. La vida (si, esa gran zorra otra vez, ¿por qué no parará?) nos golpea con la fuerza de una bomba  de fósforo alemana de 500kg. y nos deja KO;  y me da igual que sea la muerte de un familiar o un amigo, una separación o ruptura, perder el trabajo… Son situaciones jodidas en las que lo fácil (y si me leéis ya sabéis lo que quiero decir con esto. Vale, una vez mas, para los despistados. “Con lo fácil quiero decir, lo que yo haría”) es bajar los brazos. Rendirse. Llorar y aferrarse a las memorias de un pasado mejor del que solo quedan buenos recuerdos. Seguramente esta sea la lección histórica mas difícil de explicar. Seguramente me mandareis al carajo diciendo. “Si, decirlo está tirado, pero hacerlo… “ Tenéis mas razón que los santos, pero, aun y así, en esos momentos, recordad a los habitantes de Londres. Recordad que para salvaros, lo primero, y mas importante es creer que os merecéis ser salvados.  Recordad que lo que ha pasado no es vuestra culpa, que pagáis por alguna injusticia cabrona que algún desalmado, o el destino,  os ha puesto en el camino, y de la que solo saldréis dando la batalla, hasta el fin. Pelead por vuestra salvación, aferraos a esa idea con todas vuestras fuerzas, buscadla por todas partes, en los lugares mas insospechados, y no desesperéis. Puede que entonces os la merezcáis. Solamente se termina por salvar el que quiere ser salvado. Está históricamente demostrado.

Pero recordad también (hoy tenemos doble conclusión), que en ocasiones la vida nos pone ante causas difíciles. Imposibles incluso. Convencer a un cliente que ya no confía en vosotros. Remontarle un 3 – 0 al Barça a 15 minutos del final del partido, besar a miss universo, con la que casualmente os habéis encontrado en una tienda de zapatos de Acapulco, decirle al mundo entero que eres gay, o ayudar a salir del pozo a un amigo que ha perdido la fe.  Causas desesperadas, perdidas. A todos nos gusta echar un cable de vez en cuando, pero también es verdad que esas situaciones queman, y al final, lo fácil ( ya sabéis BLA BLA BLA),  es abandonar. En esos momentos, amiguitos, y si la causa lo vale, recordad a Churchill. Recordad al viejo Bulldog, creed y no os rindáis jamás. Creed en lo que defendéis. No soltéis una parrafada bien escrita por alguien brillante, pero que os suena a chino. Creed lo que decís. Si hay que remontarle al Barça, convenceos de que es posible. Si hay que besar a miss universo, Convenceos de que va a caer rendida a vuestros pies. Si vais a salvar a vuestro amigo, CREED fanáticamente que se merece ser salvado, y solo así, amigos, vuestras palabras tendrán sentido. Solo así, cuando comprendáis tanto la historia por la que lucháis que casi sea la vuestra, solo cuando vuestras propias lágrimas se hayan derramado por ella, conseguiréis derramar las de los demás.  Asumid que será un viaje emocionante aunque difícil, y que como Churchill tendréis que tomar decisiones complicadas, y que resistir cuando ya nadie lo haga. Luchareis contra vosotros mismos todos los días,  querréis abandonar en los momentos difíciles y volver al rincón cómodo y tranquilo del que algo o alguien os saco. No os rindáis. ¡Nunca! ¡Nunca! ¡Nunca!. La vida es una cuestión de actitud Y creedme (yo lo creo) el resultado valdrá la pena. También esto, está históricamente demostrado.

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*  Antes de poder inspirar emociones en los demás, deberéis inundaros de ellas vosotros mismos. Antes de lograr hacer saltar sus lágrimas, deberéis llorar vosotros. Para convencerlos, es necesario creer.