(La esfinge ya se huele que este Edipo no es trigo limpio)
Muy buenas tardes a todos, colegas, y muy bien venidos a esta nueva edición de el día de la marmota. Ya sabéis, es lunes, el Barça gana la liga y Larks vuelve a vosotros con otra nueva entrada acerca de cualquier tontería que haya escrito el Domingo.
No hace mucho; menos de un año, ya que fue mi regalo de cumple, que visité el festival clásico de teatro de Mérida. Es ahora en verano, y si tenéis la oportunidad, pasaos por ahí este año y os va a encantar, y de paso, veis el museo arqueológico, que también está guay. El caso es que vi Edipo Rey de Sófocles, y de eso va mi entrada de hoy, muchachos, de Edipo, o como los seres humanos, acabamos siendo víctima de aquello que intentamos evitar, precisamente por tratar de evitarlo… El destino, y esas excusas que decían los griegos.
Tebas. Hace muchisisisisimos años. La reina Yocasta da a luz a un bebe. Es su primer hijo, y futuro heredero del reino de su padre Layo. Lo que habitualmente se celebraba como una gran fiesta en la Grecia mítica (sobre todo si, como en este caso, tienes la certeza de que tu hijo había sido engendrado por ti, y no por algún Dios borracho y depravado que con forma de cisne o de buey o de polvos de oro se ha beneficiado a tu parienta) queda totalmente teñido de tristeza y angustia. El bebe en cuestión es un varón, y las peores pesadillas de los reyes se hacen realidad. El oráculo de Delfos (básicamente una pava que vivía en una cueva y se ponía hasta las patas de inhalar gases tóxicos que emanaban de una grieta debajo de su altar hasta acabar peor que Pocholo de veraneo, y a la que, sin embargo, todo el mundo en Grecia hacia caso), pues esa amable y encantadora Junkie les había profetizado, que si engendraban a un hijo varón, mataría a su padre y se casaría con su madre, con la que, además, terminaría procreando. Supongo que después de esa profecía, nadie se atrevió a preguntar que pasaría si engendraban una hija, por que, mínimo mínimo, salía tronista de MHYVV, o concejala de ciudadanos… Los reyes, totalmente destrozados al ver a su recién nacido, deciden que lo mejor es darle matarile, y aquí infanticidio y después gloria. Sin embargo, matar a un hijo era un pecado terrible para con los dioses y por tanto, el Rey Layo se lo entrega a un cazador de confianza de su corte para que le de matarile discretamente en lo alto del monte de turno.
Supongo que esta gente no conocía Blancanieves, o que el valor, tenacidad y falta de compasión dentro del gremio de rudos y agrestes cazadores de las cortes tiránicas, ha sido, históricamente, sobrevalorado de una manera excesiva, y en el fondo son blandos como nubes de algodón dulce… el caso, al cazador le falto valor, y decidió escurrir a su vez el bulto (esto parece el funcionariado español) y dejar la niño con los pies atravesados por una cuerda (Edipo significa pies hinchados) y colgado de un árbol, para que la madre naturaleza hiciese su trabajo.
La naturaleza también delego, y al final, un pastor que paseaba por la zona, se encontró al bebe, y se lo llevo a la corte de Corinto, donde Edipo fue acogido, criado y educado como un príncipe más. Eso si, sus padres, que eran unos carcas, pasaron de decirle que era adoptado, y en un viaje de spring break a Delfos, acabó enterándose de que él era ese cógela que daría nombre a un síndrome Freudiano, y que básicamente se iba a ventilar a su padre y a su madre, en las distintas acepciones que el verbo ventilar tiene. Horrorizado por el vaticinio (su padre le caía bien, y su madre no le ponía mucho), decide abandonar la corte de Corinto y a sus padres adoptivos y escapar de lo que el creía que era un destino funesto, sin saber que, precisamente, al tratar de huir de lo que más temía, se estaba poniendo en camino para culminarlo. En un pique de carreteras con insultos y gestos obscenos, durante su huida, llega a las manos con un jinete, y termina cargándoselo sin saber, que al tío al que acaba de matar es su padre. Después (tampoco parece que le afectase mucho), decide ser un vagabundo, y alejarse lo más posible de su ciudad, para que el destino no le alcance, y caminando arriba y debajo de Grecia Llega a Tebas, donde una esfinge guarda el único camino a la ciudad (muy del royo La historia interminable) y mata a todo aquél que no sepa responder a su acertijo (como la selectividad pero a lo bestia). Edipo, que era muy espabilao acertó, la esfinge, al verse superada en su propio juego salto por un barranco y se despeño, y como premio por haberle librado de tan molesto animal de compañía, le nombraron Rey de la ciudad, y le ofrecieron en matrimonio a la recientemente enviudada Reina. Efectivamente, a la reina de Tebas, a su madre. A ver.. Que todo el mundo nos pone muy bien a Edipo, y siempre como el ejemplo de un buen tipo que no puede escapar a su destino, peeeeeero… El colega abandona a su hogar y a sus padres, por un pique en un cruce se carga a 3 personas y ni se inmuta, y por ansias de poder, acaba pencándose a una tía que, por lo menos, menos, debe ser 20 años mayor que él ¿no? Por ahí le debe andar… Tampoco es que este Edipo sea trigo limpio que digamos, ejemplar ejemplar… Bueno, pero que me voy por los cerros de Thessalia.
Al final, la historia acaba mal, claro. Edipo se entera de lo que ha hecho, su mater-mujer se suicida del asco que le da todo, el se saca los ojos en plan, soy un pecador (si te dice un oráculo que te vas a casar con tu madre, y tú lo quieres evitar a muerte, no te cases con nadie y listo, joder, que tampoco es pa tanto, luego mucho sacarse los ojos y leches, peeeero) y se escapa de la ciudad acompañado solo por su hermanahija, mientras que su tiocuñado y su sobrinopolitico-primocarnal (esto es así) se quedan con su otra hermanahija gobernando la ciudad (Como veis, el descojono que monta en el árbol genealógico de Tebas es para flipar), y al final, muere y etc etc etc….
Edipo. Todo el mundo le recuerda como ese síndrome chungo que supuestamente todos tenemos en una fase de nuestra infancia, y que si no se supera acaba teniendo unas consecuencias de lo más turbias, pero, muy poca gente hace referencia a él en un aspecto mucho más importante. El huir de nuestro destino. Para empezar, por mucho que lo penséis, y lo creáis, el destino no está escrito, y los dioses, si existen, no se dedican a castigarnos, ni a putearnos (ni a tirarse a nuestras mujeres convertidos en aberraciones naturales mitad algo mitad otra cosa.) Yo se me de una que piensa que el bebe que viene de camino va a ser malísimo, solo porque ella en su momento fue una niña que dio un montón de guerra. No ERROR. El Karma no existe más que en nosotros mismos, aunque muchas veces, es muy tentador y sirve casi como silenciador de esa voz que tenemos en nuestra conciencia. Es muy fácil y sobre todo, muy relajado para no asumir responsabilidades el decir que algo estaba escrito, nos viene dado por una fuerza superior, y por lo tanto, no se puede evitar. NO. El destino no está escrito, nuestra suerte se puede cambiar, (obrando bien, obviamente, no matando a gente por los caminos, o escapándonos de nuestras casas) y por lo general, es mucho más probable terminar terminar jodidos cuando intentamos evitar una cosa, que cuando la afrontamos de cara y ponemos todo nuestro trabajo, nuestra creatividad y nuestro genio a ello. El destino no está escrito (excepto si eres Vikingo. ¿Os he habaldo de los vikingos? Mola mucho, recordádmelo para la próxima) . Esto, amigos míos, también está históricamente demostrado.