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Muy buenas tardes, coleguitas, y bienvenidos de nuevo. Lo primero de todo, me penitencio humildemente y ruego vuestro perdón por este par de semanas de impás bloguil. Suelo escribir entradas los fines de semana, y tener un par adelantadas siempre para que no me pille el toro; pero no siempre uno se convierte en padre por primera vez en su vida, y la locura de nuestro nuevo habitante en casa me ha quitado más tiempo del que esperaba, no obstante, la pequeña Mencía Siegfrida Claudia duerme, la tormenta arrecia, y con el mismo ánimo tormentoso, hoy abandono las películas y chorradas similares para lanzar rayos y centellas contra el Santo Padre de la Santa Iglesia católica, y su última gira como estrella del Rock & Roll por Iberoamérica.

Por lo general, no tengo nada en contra de la iglesia. Opino que el pertenecer a la iglesia católica es como ser del Real Madrid. Uno se apunta, sigue sus mandatos, y con mayor o menor razón, opina de las cosas que le parecen mejor o peor, pero si uno prefiere que gane el Barça, pues mejor se borra y a otra cosa. Hoy día, gracias a Dios, nadie es obligado a ir a misa, ni a educarse en un colegio religioso, ni tiene porqué escuchar las cosas que dice un cura si no quiere. Por eso, nunca me ha parecido bien que agnósticos o ateos aticen a la iglesia por cuestiones relativas a la fe, dogmas, vida eterna, o cómo comportarse en la cama en Cuaresma. Si la gente quiere hacer caso de los mandatos de la iglesia, es tan libre de hacerlo, como lo son los agnósticos de comer jamón en Viernes Santo. Allá cada uno, y me parece que esos ataques son un poco como cuando Guardiola o Messi se ponen a opinar acerca de cuál es la mejor alineación del Real Madrid.  Los católicos que sigan sus preceptos y, mientras no violen ninguna ley, aquí paz y después gloria.

Es por eso, que me parece aberrante, ridículo, espantoso y terrible, escuchar al Papa, como jefe, máxima figura, y sobre todo representante de todos los católicos,  ponerse a opinar de política, o de historia y, más todavía, escucharle defender mamarrachadas como el cambio climático o pedir perdón por la colonización española de Iberoamérica, disculpándose en nombre de los católicos, por el “genocidio” (tócate los cojones) cometido en dicho continente durante el siglo XVI. Todo aquello que vaya más allá del canon, la ética o la fe, con el debido respeto, lo comenta usted con sus amiguitos en la barra del bar, Bergoglio, y que las tonterías varías que grupos de presión más o menos identificados te quieran vender como motos, que las defiendan ellos. Vaya ojo tuviste, Espíritu Santo, madre mía…

Como este es un blog de historia y lo del calentamiento global ya está más visto que el tebeo, no me voy a parar demasiado… Desde que en 1798 Malthus lanzó una teoría catastrofista relacionada con el crecimiento de la población, vaticinando que el mundo se terminaría cerca del año 1900 por el fin de los recursos naturales, decenas de personas, organizaciones y grupos de presión han vaticinado, sin éxito alguno, el fin del mundo o de la raza humana por cuestiones antropocéntricas. En 1865 fue la falta de madera, en 1923 el fallo multiorgánico producido por el plomo de los combustibles…el agujero de la capa de ozono, la imposibilidad de vivir en Nueva York por los huracanes producidos por la construcción del Flatiron, la lluvia ácida, los plaguicidas, las antenas de telefonía móvil, el radón, el mercurio en los peces, las vacas locas, la gripe del pollo y cuantas tonterías se le han ocurrido al género humano a lo largo de los siglos, han sido susceptibles de convertirse en teorías de la conspiración que acabarían con la humanidad en décadas… Mucha gente ha ganado mucho dinero con ellas, y, al final, como decía Annie en el musical  «The sun will come out tomorrow / Bet your bottom dollar that tomorrow / There’ll be sun». Hasta hoy, así ha sido. Por lo que, señor vicario de Dios en la tierra, las tonterías esas del calentamiento global, las dejamos para otro momento si es posible, y menos aún, las dejamos de mezclar con la religión, como si un buen católico, tuviese que ayunar, no fornicar sin estar casado y reciclar la basura y desplazarse en bicicleta, para ganarse el cielo… Manda huevos (no puedo resistir la tentación de poneros adjunto un libro de fotos que Greenpeace publicó en 2007 acerca de los efectos del cambio climático en España y que mostraba, entre otras cosas, el cauce del río Ebro totalmente seco, y la Manga del Mar Menor completamente inundada por la crecida del Mediterráneo, con edificios semihundidos y todo, muy rollo peli de desastres de Ronald Emmerich. http://www.greenpeace.org/espana/Global/espana/report/cambio_climatico/libroclima.pdf

Peeeeeero amiguitos, cuando el Santo Padre, señalado por el dedo índice del jefe de arriba para dirigir sus planes, se pone a pedir perdón por el “holocausto conquistador español”, ahí si, me arde la sangre, me sublimo, me dan vueltas la cabeza e insulto a su santidad en varios idiomas mientras vomito puré de guisantes…  Vaya genio eres Susan, vaya genio.

Méjico (si, con j) 1521. Tras casi dos años de cruentas campañas, Hernán Cortés da por finalizada  la conquista de la capital Azteca, y comienza la pacificación, y colonización del imperio. La guerra ha sido temible, a vida o muerte, y con varios lances que han estado a punto de hacer que la expedición española finalice en tragedia en un par de ocasiones. La dura campaña ha costado centenas de vidas al bando español, y aproximadamente 100.000 al bando nativo. La cultura azteca, ha sido finalmente derrotada por la superioridad tecnológica española, y comienza un proceso de asimilación, y españolización de los nativos Mexas. Repasemos un poco la cultura azteca, y veamos si, su sustitución por la occidental, es verdaderamente algo digno de vergüenza para nosotros españolitos de a pié, partiendo de la base de que, a nadie le gusta que unos guiris barbudos venga a tu casa y a hostias, te digan lo que tienes y lo que no tienes que hacer:

1-      Sacrificios humanos: Si por algo se han identificado siempre los aztecas, ha sido por su amor a extirpar el corazón, aún palpitante, de la cavidad torácica de sus enemigos. Es como Alfredo Landa y las suecas, pero lleno de sangre y vísceras. El calendario azteca constaba de 18 meses, y en cada mes, existía un día festivo en el que de una u otra manera, se acababa con la vida de alguien, en algunos de ellos, tan solo un par de niños, en otros, el equipo ganador de la final del campeonato de pelota, y en la dedicada al honor de Huitzilopochtli, decenas de miles de seres humanos eran sacrificados en honor a su Dios sangriento. Desde esclavos hasta voluntarios, desde prisioneros de guerra a jóvenes entregados por pueblos tributarios para evitar ser invadidos.  Todos subían las escalas del gran templo, para ser abiertos en canal, eviscerados, y arrojados desde lo más alto de las escaleras del mismo.  Según los cálculos más conservadores que existen, y seguramente más fiables historiográficamente hablando, aproximadamente unos 20.000 seres humanos eran sacrificados anualmente como animales bajo la égida mexa.  De acuerdo con estos números, y calculando solo los sacrificios realizados desde la finalización de la construcción del gran templo de Tenochtitlan (1487),en cuya consagración, tan solo, fueron sacrificados entre 10.000 y 840.000 personas, (vaya fiesta de inauguración) podríamos calcular que en un lapso de 33 años, los aztecas acabaron con la vida de unos 710.000 seres humanos.  Si os apetece hacer cuentas, y partiendo de que la hegemonía Azteca en Mesoamérica viene de principios del siglo XV, los muertos superan ampliamente el millón. Con la llegada de los españoles, y el catolicismo, dichos sacrificios se detienen de manera drástica, y pasan a formar parte del olvido, siendo sustituidos por fiestas de guardar, procesiones, viacrucis y carnavales, mucho más aburridos, sin duda, pero bastante menos cruentos.

Sacrificios-humanos-realizados-por-los-aztecas

(El primer parque de atracciones del mundo, Aztecland)

2-      Antropofagia: Pues así es, amiguitos, siendo unos avanzados a su tiempo, y unos visionarios, los aztecas practicaron ese bonito rito de tomar y comer el cuerpo y tomar y beber la sangre de la gente, lo que pasa es que lo hacían al pie de la letra. Las clases gobernantes aztecas, se morían por un chuletón humano de cuando en cuando, y según relata Días del Castillo, prácticamente todas las aldeas, pueblos y ciudades aztecas, tenían jaulas en las que hombres y mujeres eran cebados para ser sacrificados luego, y enviados al mercado, donde su carne era muy apreciada. Como el que lleva una botella de vino a casa del jefe cuando este le invita a cenar, los aztecas utilizaban la carne humana como ofrendan a alguien a quien quisieran agradar, y si encima era de un enemigo derrotado, mejor que mejor, como un buen Ribera del Duero, vaya.             Tras los sacrificios, las víctimas eran desmembradas, y los muslos (la parte fetén, según parece) era enviada al palacio real, mientras que el resto se repartía entre los asistentes y público en general.  Según muchas fuentes (ojo a la justificación), los nativos mesoamericanos, tenían una dieta muy baja en proteínas, y la falta de grandes animales domésticos hacía muy difícil para ellos consumirlas. Con la llegada de los españoles, claro, se terminó el chollo de comerse a los demás, y los jamones y chuletones de esclavo fueron sustituidos por cerdo, cordero, ternera, etc. Claramente, otra muestra de genocidio.

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(Los Aztecas, como toda civilización avanzada que se precie, también disfrutaban de las barbacoas de los domingos)

3-      Esclavitud: Pues si amigos, si no tenías la suerte de ser devorado por tu primo segundo, o arrojado desde lo más alto de una pirámide habiéndote dejado arriba el corazón, tampoco es que tu vida fuese un flipe en el paraíso azteca, destruido por los malvados conquistadores enloquecidos por el oro.  La estructura social Mexa destacaba por tener sometida a la inmensa mayoría de su población a un régimen feudal que ya lo quisiera para si Gilles de Rais. El campesino medio azteca vivía sometido por completo a los designios de su señor, con apenas comida que llevarse a la boca y forzado a trabajar la tierra sin recibir apenas sustento a cambio. Además de eso, como comentaba anteriormente, era susceptible de convertirse en su cena, o en su juguete cuando el señor lo decidiese, y por descontado no existía absolutamente ninguna ley que obligase, ni diese ningún tipo de salvaguarda a los más pobres, frente a los desmanes de los nobles. Por supuesto, con la llegada de los castellanos, su situación no es que cambiase drásticamente, aunque, inventos como la rueda, los animales de tiro, las herramientas de hierro, los telares modernos, el cuero… Hicieron de su vida algo menos miserable, además, y al menos en teoría, todos se convertían en sujetos libres, súbditos de la corona castellana, y con capacidad para acudir a un tribunal para solicitar justicia. Poco a poco, las escuelas, los hospitales, las bibliotecas, los doctores, las universidades, los oficios liberales, fueron haciendo que, con mucha lentitud, pero con paso firme, la sociedad avanzase, y se convirtiese en lo que hoy es Méjico, con sus luces y sus sombras.

Así que, ya sabéis, amiguitos todos somos fans de algo, y porqué negarlo, mola mogollón. Todos, en distintos campos, tenemos figuras carismáticas a las que seguimos, que nos inspiran y a los que nos gusta parecernos por determinado motivo. Ya sea Cristiano Ronaldo, Britney Spears o el cansino de Punset, siempre hay alguien ahí que mola mogollón, peeeeero cuando esas personas sacan los pies del tiesto, y utilizan su popularidad para hacer campaña por algo o por alguien, sospechad. Está guay que Emilio Butragueño os explique como regatear al futbol, pero si os dice que tenéis que votar al partido pirata, no le hagáis ni caso, porque, en ese punto, vuestro criterio puede ser tan valido o más que el suyo. Si la Brittney Spears os dice eso de “Hit me baby one more time”, escuchadle, porque, según parece, eso se le da muy bien (al menos al principio del 2000), pero si os dice que una nave espacial va a bajar del cielo para llevarse a los elegido a Putón (disculpen la errata), y que a cambio, tenéis que darle toda vuestra pasta, no la creáis. En definitiva, vivimos en un mundo en el que publicistas, lobistas, teoristas y manguistas, utilizarán todo lo que puedan sacar de su imaginación y carisma para venderos cualquier cosa. En ese momento, no escuchéis a alguien porque sea muy guapo, o muy buen atleta, o una estrella del rock, cuando se salga de su tema,y solo fiaros de él, cuando hable de su campo de conocimiento. Y cuando alguien venga a venderos una moto, fijaos mucho en que esa persona no esté recibiendo nada a cambio de su consejito, y no os fiéis; ni del Espiritu Santo, ni de Dios bendito. Como diría Cromwell, “Rezad a Dios, pero, mantened la pólvora seca, y todo os ira bien”. Eso amigos, está históricamente demostrado.