Buenas noches coleguitas, y muy bienvenidos de nuevo a este vuestro blog. Estaba hace un momento cenándome un filete de pollo, y viendo las noticias con los dos amores de mi vida. La noche está calmada. Mencía se ha dormido hace un rato, y lo último que pensaba era ponerme a escribiros hoy. Después de un arranque de mes sencillamente frenético, con más de 10000 visitas en 15 días, pensaba tomarme un pequeño descanso y refocilarme obscenamente en las mieles laureadas de mi universal éxito, cuando la dulce Sandra Golpe, con su aterciopelada voz, apagada por el miedo dice eso de “Nos van a dar pero bien”. La noticia a la que se refería, vendida como gran exclusiva, era en realidad una tontería supina… No sé quién, no se cuantan, dos etarras, una que pasaba por ahí en las votaciones de las CUP y la número dos de Podemos, viajan juntos en amor y compañía en un avión institucional venezolano a que Don Nicolás Maduro les dore un poco la píldora, y de paso les engrase un poco las faltriqueras (les meta la pasta en el bolsillo, para todos aquellos nacidos después del siglo XVI).
Hasta ese momento, como os decía, no estaba ni prestando atención al asunto… Más de lo mismo. Más pruebas de las vinculaciones de Podemos con la brutal dictadura venezolana… Ya ves, como si no supiésemos todos, a estas alturas de la película que Venezuela financia a Podemos… Como si no supiésemos, de hecho, que de todos sus financieros, los venezolanos son de lo más decente… Lo que me heló la sangre realmente fue la afirmación resignada de una periodista, siendo plenamente consciente de que estaba a punto de ser linchada, precisamente por decir una verdad políticamente incorrecta, y acto seguido, Iker Jiménez me vino a la cabeza. ¿Casualidad? ¿Misterio? ¿Qué se esconde bajo esa conexión mental? Bienvenidos a la Nave de Coronado. Perdón, a La Cruz del misterio… Empezamos.