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Buenas noches amiguitos. La cruz está de nuevo con vosotros, y como es noche de Domingo, me dispongo a amargaros el inicio de semana una vez mas. Paso de contaros mi finde, paso de hacer una entradita graciosa como siempre para que penséis, “ que humor tiene este zagal, que gusto, parece que todo le resbala, vive la vida como un Histrión”. Paso de alegrarme porque Félix Baumgartner haya salido vivo de su salto, me jode que el mundo aún no haya volado por los aires en una explosión termonuclear del copón y si hubiese jugado el Madrid, casi hubiese querido que perdiera. Los domingos son así, chicos. El perro negro ladra y ladra. Parece mentira que uno no recuerde que en el colegio le explicaron que los ceros antes de los unos no sirven para nada, aunque bueno, eso no es del todo cierto, cuando es en negativo, vaya si cuenta, si lo llego a saber antes… . He dicho, coleguitas. La de hoy, es una zumbada de las buenas. No os quise hablar antes de ella, porque pensaba que, en realidad, no os merecíais saber hasta que punto el ser humano es malo, joputa, retorcido, sádico, y disfruta creando expectativas en la cabeza de la gente, solo para encontrar un gozo ruin, autocomplaciente y cruel en destruirlas mas tarde. Son hombres incapaces de encontrar lo que buscan, porque el problema, en realidad, está dentro de ellos, no fuera. No hay manera de ayudarlos, ni de salvarlos, porque les gusta el pozo en el que han caído. Como diría Ovidio, en la Metamorfosis “video meliora proboque, deteriora sequo” Hay gente que está muy sola, nuestra amiga de hoy, desde luego, se lo merece.  Meine Damen und Herren, mit uns, Irma Grese.

Irma Grese nace el 7 de Octubre de 1923 en Alemania. Es una niña pequeña cuando el partido Nazi llega al poder en Alemania, y el adoctrinamiento al que se somete a los niños en las escuelas, y en general en toda la vida social, le hace caer pronto en el credo de la raza superior, de la lucha contra los enemigos capitalistas, y toda la sarta de patrañas doctrinales en las que el régimen de Hitler se mueve. Su padre, que siempre estuvo en contra del nacionalsocialismo, tiene grandes peleas con ella para que abandone su nueva ideología. Era un tipo duro, severo, trabajador, y aunque a veces demasiado autoritario, siempre preocupado por el bien estar de su hija. (si le hubiese hecho caso…).  El caso, la mente de la joven, sobre todo a raíz del suicidio de su madre, cambio, y en lugar de pelear contra las adversidades de la vida, decidió abandonarse a ellas, seguir el mal, de la manera mas rápida y segura que supo, y en Alemania, en el 1942, eso estaba chupado. Se alistó en las SS.

Irma era una joven de solo 20 años cuando fue enviada a Ravensbrück (campo de concentración) , y solo destacaba por una cosa, su belleza. Alta, delgada, rubia, ojos azules como el cielo en las tardes de finales de verano, una sonrisa encantadora, voz dulce cuando cantaba… Los diarios británicos, durante su juicio, la describían como “una actriz de Hollywood”. Pero su interior estaba corrompido hasta límites insospechados.  Tardó muy poco en ganarse una reputación terrible entre las presas, que pronto la apodaron cosas tan tiernas como “La bestia bella”, o “El angel de la muerte”. Como mujer de las SS estaba encargada de vigilar a las prisioneras en los barracones femeninos. Se dice que le gustaba pasear con una fusta de montar a caballo, y ya desde el principio, se entretenía agrediendo con ella a aquellas judías, o presas políticas, que por desesperación, o sencillamente agotamiento puro, no podían seguir el ritmo de trabajo de las demás.

La cuestión de la Alemania Nazi, de la Wehrmacht, y por lo general de todo el fenómeno nacional-socialista, es muy curiosa, ya que en mi humilde opinión, solo se pudo dar en un país como Alemania. Es verdad que los italianos también tuvieron su ración de brazo alzado y camisas negras, pero en Italia era mucho mas como de opereta, casi una comedia de enredo, y hasta que los nazis no tomaron el control, con la república de Saló, aquello era mas un chiste que otra cosa, con Mussolini fornicando todo lo que podía, mucho gesto amenazante, y poco mas. Pero en Alemania si triunfo y lo hizo (según yo, pero ey!,no deberíais hacerme caso), por la eficiencia prusiana. A estos tíos se les da bien recibir órdenes. Da igual que sea construir un Mercedes o invadir Polonia, los alemanes obedecen a sus superiores y listo, claro lo chungo es cuando tus superiores se convierten en una banda de colgados. Sin embargo, con los campos de concentración tuvieron muchos problemas, porque, seamos francos, una cosa es ir al frente a pegar tiros contra los franceses (asumámoslo, quien no ha querido pegarle un tiro a un francés alguna vez en la vida) y otra cosa es cargase a Frau Steinberg, la amable vecina del piso de arriba, que al parecer, ha dejado de ser un ser humano. Por lo que, al final, en los campos, solo quedaban los mas fanáticos, y los mas locos de todos.

Es entre esa gente, sórdida, amargada, infeliz y cruel entre los que Irma encontró a sus nuevos mejores amiguitos, abandonando a sus viejas amistades de la infancia,( gente que le decía cosas que no quería escuchar), y se hundió mas aún en su vena sádica. Tanta fue su progresión en el camino de la maldad que sus superiores pronto la enviaron a Auschwitz-Birkenau (como si tu empresa te paga un master en el MIT, vamos), con un ascenso que prácticamente hacia de ella la mujer con mas poder en el peor campo de exterminio del régimen, seguramente el lugar mas frío horrible y cruel que la humanidad haya creado. Comenzó disfrutando con elegir personalmente a aquellas presas que eran enviadas a las cámaras de gas ( lo hacía por puro placer), pero pronto, fue a mas. Los testimonios de las supervivientes en su juicio, son sencillamente estremecedores.  Grese, se hacía acompañar por pastores alemanes en su pequeño parque de atracciones personal, y por ejemplo, Luba Triszinska afirma : “Cuando las mujeres caían, rendidas por el trabajo, Grese solía lanzarles los perros. Muchas no sobrevivían a estos ataques”.  Una joven médico del campo, afirmaba que otra ocupación común de esta mujer era fustigar con su fusta los pechos de las mujeres jóvenes y hermosas, hasta causarles heridas que luego prohibía curar. Dichas heridas pronto se infectaban, teniendo que recurrir, finalmente a la amputación de los pechos, que ella presenciaba y con la que, supuestamente, alcanzaba grandes cotas de placer sexual (heavy, no). Irma, heterosexual convencida desde sus orígenes, disfrutaba, no obstante, manteniendo relaciones sexuales con las presas a su cargo, solo por el sentimiento de superioridad y vejación que las causaba al hacerlo, incluso con niñas pequeñas. (¿ a todas las locas les da por lo mismo?)

En el campo en el que Frau Grese destacó, no obstante, lo que la hizo realmente despiadada y ladina (una zorra de cojones, vamos), fue su capacidad para generar esperanza en la gente, y robársela después a toda velocidad. La esperanza es una cosa curiosa, por mucho que la experiencia nos diga que no hay que esperar ninguna (y creedme, troncos, las presas de Auschwitz tenían un master en perdida de esperanzas), esta siempre acaba surgiendo, y de eso se nutría Irma. Era especialmente cruel con las embarazadas. Se cuenta, por ejemplo, que mientras el resto de presas daban a luz en los barracones de los campos, en camas insalubres y sin atención médica básica, ella, convencía a las presas a su cargo, y las llevaba al hospital del campo. Ahí, en camas limpias y con atención médica aceptable, daban a luz. Irma era testigo del nacimiento, y personalmente ponía a los bebes en brazos de sus madres, les dejaba con ellos durante unos minutos, y luego, arrojaba a la criatura por la ventana, o se la daba de comer a sus perros, que hacían una aparición espectacular en la habitación, o incluso, los agarraba de las piernas para golpearlos contra la pared hasta que muriesen. Alguna de estas historias se le ha atribuido también a Ilse Koch, y hasta se ha dudado de su verosimilitud. Yo os las cuento,  porque a mi me parecen ciertas, Juzguen uds. También se dice de ella que ataba las piernas de muchas parturientas hasta las rodillas, en el momento de dar a luz, y las tenía así hasta que morían.

Os cuento todo esto amigos, porque en mi opinión, los números de los campos son tan brutales, que por su misma naturaleza tienden a ser deshumanizados. Os podría contar que Irma, entre estos y otros métodos (el sencillo tiro en la nuca, por ejemplo), se llevó por delante a una media de 30 personas diarias, y al final, no son mas que números. Deshumanizados, por su misma inmesidad. Pero si os digo que Sandra Kriegberg (por ejemplo) era una niña de 16 años, morena y con unos ojos preciosos, que vivía con sus padres y quería ser bailarina de mayor, que fue violada por un guardia del campo, y luego vio como su hijo moría devorado por pastores alemanes, o si os explico que la Olga Stein fue una de las primeras médicos licenciadas en la universidad de Varsovia, que contribuyo a salvar la vida de cientos de seres humanos, y que además era un mujer sonriente y buena que solo disfrutaba haciendo feliz a su familia, y que terminó muerta a fustazos en la cabeza porque sencillamente no fue capaz de seguir cavando una zanja tras 7 horas de trabajo y días con una alimentación deficiente, u os hablo de Rachel Eissmann, que se acababa de casar, y estaba embarazada cuando los nazis tomaron su pueblo en Bielorrusia, que vio como ejecutaban a sus padres delante suya, vio morir a su marido, y acabo en una cámara de gas solo porque el sexo con su carcelera no fue tan satisfactorio como ella habría deseado, la historia cambia. No son números. Son seres humanos. Son mujeres buenas, con sueños, vidas, esperanzas, que acabaron trituradas por la voluntad de una persona, que solo podía acallar esa voz que tenía dentro, causando dolor a los demás.

Irma fue juzgada, condenada y colgada del cuello hasta morir. Solo tenía 22 años al final de la guerra. Nunca hago juicios personales, ni valoraciones, ni nada parecido, pero hoy, me vais a permitir que os diga, que deseo con todo mi corazón que arda en el infierno hasta consumirse dentro de miles y miles de años de dolor, aunque, tras conocer una historia como esta, uno se pregunta si realmente existe un Dios, y si existe, ¿nos escucha?.

Una vez mas, los Domingos no tengo mucha conclusión que daros. La vida es así, la gente mala actúa, y para que ganen, basta con que la gente buena mire para otro lado. Irma, realmente no era mas que una fuerza de la naturaleza descontrolada. Un huracán, un terremoto. No se puede hacer nada para evitar que se crucen en nuestras vidas, es mala suerte, hay que sobrevivir a ellos, reconstruir las ruinas que dejan a su paso a toda velocidad, y recordar las consecuencias de su última visita,por si vuelven a aparecer.